lunes, 6 de diciembre de 2010

SI ANOCHE FUERA

Si fuera o sería capaz de irme a dormir como una persona de siempre, no fuesen ni existirían historias de camuflaje.

Anoche viví patillas. Patas cortas y viceversa. Patillas de besuqueo y en medio de mis rodillas, de mis tobillos, fumando un pitillo liado, chupando un barquillo de menta, se hizo inmenso un segundo ¡Chas! Pestillo en el dormitorio.

Si fuera o no fuese posible dormir en la madrugada, si no estuviese el vaso espiando y la albina maldiciendo las narices, entonces, si así no fuera, no hubiera habido latido ni hubiesen sido tan grandes las esferas llenas de modestos despistes.

Anoche soñé manillas entre mis pechos, rebuscando bajo mis bragas a Safo, a Sade, o las letras obscenas de Miller. Manillas de despertador que eternizaban las ocho menos diez sobre el polvo de mi mesilla, de reojo, de relevo, cómplice de un segundo inmenso.

Si fuera o hubiese sido secuestrada por la bombilla perezosa en el escritorio, por el humo esclavo del cigarrillo doméstico. Si no habría abierto el portal de la incógnita acertada y no hubiera apostado al piano de lo perdido, no hubiese ganado el neón azul y rosa, de las risas más nuevas desplomadas sobre la escotilla de algún patético famoso.

Anoche toqué puntillas inertes de tanta vida, de techo desconchado e infarto de cosquillas, mirando por la mirilla, erguido de traje y corbata el mismo segundo inmenso.

Si fuera o sería fácil, no hubiese habido dudas de cojín ni de almohadas. Ni hubiera temblado débil la bocanada espesa del pitillo entre mis somnolientas pantorrillas, presa gris de mis ágiles nudillos, de vacíos cómodos y desganados. Nunca, si sería fácil, hubiera tronado un ronquido sobre el vicio de mi cuello expectante, insomne, imposible.

Si anoche fuera, habría sido, hubiera podido o sería capaz, no hubiese crecido inmenso el enemigo de las personas de siempre.



No hay comentarios:

Publicar un comentario